Me
gusta el dinero en la pared. Supongamos que vas a comprar un cuadro de
doscientos mil dólares. Creo que deberías coger ese dinero y colgarlo en la
pared. Así cuando alguien te visitara, lo primero que vería sería el dinero en
la pared.
Irreverente, cínico, cruel,
superficial, banal, pero también divertido, incisivo, profundo, realista,
creativo…
A Andy Warhol se le puede
definir de muchas formas. Y, sin embargo, el propio Warhol se consideraba simplemente
un espejo en el que se miraban los demás. Pero ¿qué sucede cuando un espejo se
refleja en otro espejo?
La muestra Andy
Warhol Superstar que acoge el
Centro Cultural Bancaja ofrece un recorrido por ese espejo o, mejor dicho, por
el mapa de las obsesiones de un artista polifacético y versátil, que marcó una
época y que sigue siendo fuente de inspiración artística y conceptual.
Fotografía, pintura,
serigrafía, serieación, multiplicación de la imagen, retratos de personajes
famosos (Marylin Monroe, Liza Minnelli, Mohamed Alí, Einstein, John Wayne…),
exaltación de lo diferente dentro de lo que tenemos establecido como cotidiano,
un simple icono llevado a la categoría de mito…
En resumen, sexo, fama,
violencia, trivialidad… aderezados con bastante colorido. Pero la creatividad
del padre del Pop Art dio mucho más
de sí que, por ejemplo, las repetidas latas Campbell, que siguen siendo, a
pesar de todo, su obra más conocida.
Aunque en la muestra apenas
hay reminiscencias a su relación con la música, con el mundo de la noche y las
discotecas, con los medios de comunicación…Si se puede encontrar una simulación a pequeña escala de lo que más tarde todos conoceríamos o aglutinaríamos bajo el concepto reality show. La vida en directo, a la
vista de todos.
La Factory fue el intento de Warhol por hacer cine. Fue una especie de
plató improvisado en el que cualquiera podía llevar a cabo la idea más
populista del artista, que venía a decir algo así como que todos deberíamos tener
nuestros 15 minutos de fama.
De lo que se trataba era de
sentarse en el sofá y hablar, hablar de lo que fuera, sobre todo de problemas.
Mucha
gente pensaba que era a mí a quienes todos venían a ver a la Factory, una
especie de gran atracción que todo el mundo quería admirar, pero nada más lejos
de la realidad: era yo el que observaba a los demás. Yo me limitaba a pagar el
alquiler y la gente entraba porque la puerta estaba abierta. Nadie se sentía
especialmente interesado en verme a mí, sino en verse los unos a los otros.
Venían a ver quién venía.
La exposición ofrece a los
visitantes la posibilidad de experimentar lo mismo que los asiduos a la Factory gracias a una recreación
bastante fiel del mítico espacio, que incluye incluso un concurso para llevarse
el sofá a casa.
Para quien quiera descubrir
algo más del universo Warhol o, simplemente, qué pasa cuando un espejo se refleja
en otro espejo, la muestra estará en el Centro Cultural Bancaja hasta el 5 de
enero de 2013.
El precio de la entrada es de
1 euro, que será donado a la campaña 365
Comidas Solidarias Casa Caridad Valencia.