Roger Ebert, crítico de cine del Chicago
Sun Times, le concedió la máxima puntuación. ¿Su argumento? El siguiente:
“Hugo es totalmente distinta a cualquier otra de las obras de Martin
Scorsese y, sin embargo, posiblemente es la más cercana a su corazón: una
producción de gran presupuesto, en 3D, y en ciertos aspectos, un espejo que
refleja su propia vida. Sentimos que se le ha otorgado a un gran artista toda
la autoridad, herramientas y recursos que se necesitan para crear una película
que trata de películas.”
Película que trata de películas, la lista alrededor del cine que
habla del propio cine es bastante extensa.
De hecho, la última incursión del cine dentro del propio cine o de un pedazo de la
vida de una de las figuras míticas de la historia del cine está ya en las
salas.
Muy posiblemente, en el blog de POR ELLA os habláremos de Hitchcock
(2012), que se estrenó el pasado viernes, pero hoy preferimos quedamos en
casa y proponeros un viaje cinematográfico lleno de magia y fantasía a través
de los ojos de un@s niñ@s. Al menos, es nuestra sugerencia para l@s que todavía no habéis
podido disfrutar de la peli o para aquéll@s que no os importa repetir historia,
más cuando su recuerdo sigue siendo especial.
HUGO
¿Quién es Hugo?
Hugo Cabret (Asa Butterfield) es un niño de 12 años que tras perder a
su padre (Jude Law)-un apasionado del cine de George Méliès- queda a cargo de
su tío, un relojero alcohólico, que después de enseñarle el funcionamiento de
los relojes de la estación de tren París-Montparnasse,
donde trabaja, desaparece, dejándolo
solo.
Pero Hugo no es un huérfano cualquiera, no es un Oliver Twist
cualquiera. Mientras sobrevive como
puede dentro de ese mundo paralelo de mecanismos, túneles y rincones que
esconden mil secretos, sigue trabajando en el proyecto más ambicioso e
inacabado de su padre: un autómata, una especie de robot estropeado que, supuestamente, puede escribir.
El problema llega cuando el propietario de la tienda de juguetes (Ben
Kingsey), donde Hugo roba las piezas para reparar el autómata, le sorprende y le
confisca el cuaderno en el que su padre anotó la enigmática solución al
funcionamiento del autómata.
Al conocer a Isabelle (Chloë Grace Moretz)-la ahijada del fabricante de
juguetes- Hugo encontrará una amiga y una aliada a la hora de sumergirse no
sólo en el misterio del autómata, sino en el de un nombre que acaba por
aparecer constantemente asociado a este: George Méliès.
TECNOLOGÍA 3D
Hugo es la primera película familiar de Scorsese, pero también supone la
primera vez en la que el cineasta decide contar una historia apoyándose en la
tecnología 3D. Y parece que quedó encantado, como él mismo manifestó en una
entrevista:
“Encontré el 3D realmente
interesante debido a que los actores se mostraron mucho más involucrados
emocionalmente. Los menores movimientos, sus menores intenciones, se recogían
de una forma mucho más precisa.”
La película-que se estrenó en EE.UU. en noviembre de 2011- ganó entre
otros premios: 5 Oscar (fue la más nominada, participaba en 11
categorías), 3 Globos de Oro (Scorsese recogió su tercer globo como mejor
director) y 2 Bafta (los Oscar ingleses).
En realidad, Scorsese
utiliza la tecnología 3D para contar un cuento. Auna de esta forma tradición
narrativa con futuro visual. Para algunos críticos, además, intenta reconciliar el cine de los Lumière vinculado a la cotidianeidad,
con la fantasía de Méliès.
Bajo este argumento parte la
premisa de que en las primeras proyecciones de aquel tren que llegaba a la
estación de Ciotat ya se encontraba
la sorpresa visual, o el asombro, que siempre ha ido unido al mundo del cine y
que, poco después, amplificaría el cineasta George Méliès con su mítico Un
viaje a La Luna (1902).
Con respecto a
las imágenes de la llegada del tren, los primeros espectadores del genial
invento de Auguste y Louis Lumière al ver el tren avanzar hacia ellos realmente
pensaron que los iba a arrollar y muchos salieron corriendo del recinto en el que tenía lugar la proyección.
De alguna forma, también la
tecnología 3D supuso una sensación similar para los primeros espectadores que
vieron más allá de las dos dimensiones, el respingo en la butaca.
LA FASCINACIÓN DE LAS IMÁGENES EN MOVIMIENTO
Como decíamos unas líneas más arriba, La invención de Hugo nace
del profundo amor del director Martin Scorsese por la historia de su oficio.
Ha rodado documentales, financiado festivales de cine clásico, apadrinado restauraciones de películas antiguas… Le faltaba su particular
homenaje a una de las figuras claves de la historia del cine: George Méliès. El mago del
teatro-también fabricante de juguetes- que dotó de imaginación y fantasía al
séptimo arte, para acabar retirándose, arruinado, tras el mostrador de una
tienda de juguetes en la estación de tren París-Montparnasse, tal y como se cuenta en la película.
Scorsese toma como base el libro de Brian
Selznick, que se sitúa en torno a la década de los 30, y se mantiene
bastante fiel a este y a las referencias reales e históricas.
Es verdad que las películas de Méliès-casi la totalidad de ellas- no
sobrevivieron, también lo es que fue el creador del cine onírico o de los
sueños.
Sin embargo, a Méliès el cine le debe mucho más, tal vez esa sea una de las razones por las que Scorsese ha querido homenajear a este maestro pionero semiolvidado.
¿Qué aportó Méliès a la cinematografía?
El uso o utilización de efectos especiales, de múltiples exposiciones,
de fundidos o disoluciones, de fotografía en lapso de tiempo… hasta llegar a
los fotogramas coloreados a mano o sus aportaciones en materia de profundidad
de campo, gracias a su experiencia con los decorados del teatro que tuvo en
propiedad.
Sus dos filmes más famosos siguen estando considerados como dos de los más importantes e influyentes de cara al nacimiento del género de
ciencia ficción: Viaje a La Luna y El
viaje imposible (1904). Estas
dos películas están inspiradas por aquellos viajes extraordinarios que imaginó el escritor Julio
Verne, otro visionario. Méliès, además, fue uno de los pioneros del género de terror de la
mano de Le Manoir du Diable (1896).
THE END
Pero más allá de la historia del cine, del propio Méliès, La invención de Hugo, como no podía ser
de otra forma, también cuenta la fascinación de descubrir el cine cuando se es
niñ@.
A Hugo se lo descubre su padre y Hugo hace lo propio con Isabelle.
Seguro que much@s recuerdan la primera película que fueron a ver al
cine. Las mil sensaciones o emociones que nos dejaron aquellas imágenes a
tamaño gigante, cuya luz recorría el largo y ancho de una pantalla mucho más
grande que la de la tele que teníamos en casa.
Ha pasado mucho desde entonces, pero como escribía Carlos Boyero,
crítico de cine de El País:
Cuentan que en las épocas
duras, cuando casi todo el personal vive en la incertidumbre, el desasosiego,
el miedo, la amenaza o la constatación de la pobreza, la pura desolación (por
supuesto, están eximidos de estas sensaciones tan ingratas los legitimados
miserables que las han creado), el cine se convierte en el refugio más cálido.
Será verdad. Al fin y al cabo, es una máquina hecha de sueños, es una máquina para
soñar.
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