sábado, 2 de febrero de 2013

UNA MÁQUINA PARA SOÑAR, UNA MÁQUINA HECHA DE SUEÑOS



Roger Ebert, crítico de cine del Chicago Sun Times, le concedió la máxima puntuación. ¿Su argumento? El siguiente:

Hugo es totalmente distinta a cualquier otra de las obras de Martin Scorsese y, sin embargo, posiblemente es la más cercana a su corazón: una producción de gran presupuesto, en 3D, y en ciertos aspectos, un espejo que refleja su propia vida. Sentimos que se le ha otorgado a un gran artista toda la autoridad, herramientas y recursos que se necesitan para crear una película que trata de películas.”

Película que trata de películas, la lista alrededor del cine que habla del propio cine es bastante extensa.

De hecho, la última incursión del cine dentro del propio cine o de un pedazo de la vida de una de las figuras míticas de la historia del cine está ya en las salas.

Muy posiblemente, en el blog de POR ELLA os habláremos de Hitchcock (2012), que se estrenó el pasado viernes, pero hoy preferimos quedamos en casa y proponeros un viaje cinematográfico lleno de magia y fantasía a través de los ojos de un@s niñ@s. Al menos, es nuestra sugerencia para l@s que todavía no habéis podido disfrutar de la peli o para aquéll@s que no os importa repetir historia, más cuando su recuerdo sigue siendo especial.


HUGO

¿Quién es Hugo?

 Hugo Cabret (Asa Butterfield) es un niño de 12 años que tras perder a su padre (Jude Law)-un apasionado del cine de George Méliès- queda a cargo de su tío, un relojero alcohólico, que después de enseñarle el funcionamiento de los relojes de la estación de tren París-Montparnasse, donde trabaja, desaparece, dejándolo solo.

Pero Hugo no es un huérfano cualquiera, no es un Oliver Twist cualquiera.  Mientras sobrevive como puede dentro de ese mundo paralelo de mecanismos, túneles y rincones que esconden mil secretos, sigue trabajando en el proyecto más ambicioso e inacabado de su padre: un autómata, una especie de robot estropeado que, supuestamente, puede escribir.

El problema llega cuando el propietario de la tienda de juguetes (Ben Kingsey), donde Hugo roba las piezas para reparar el autómata, le sorprende y le confisca el cuaderno en el que su padre anotó la enigmática solución al funcionamiento del autómata.

Al conocer a Isabelle (Chloë Grace Moretz)-la ahijada del fabricante de juguetes- Hugo encontrará una amiga y una aliada a la hora de sumergirse no sólo en el misterio del autómata, sino en el de un nombre que acaba por aparecer constantemente asociado a este: George Méliès.


TECNOLOGÍA 3D

Hugo es la primera película familiar de Scorsese, pero también supone la primera vez en la que el cineasta decide contar una historia apoyándose en la tecnología 3D. Y parece que quedó encantado, como él mismo manifestó en una entrevista:

Encontré el 3D realmente interesante debido a que los actores se mostraron mucho más involucrados emocionalmente. Los menores movimientos, sus menores intenciones, se recogían de una forma mucho más precisa.”

La película-que se estrenó en EE.UU. en noviembre de 2011- ganó entre otros premios: 5 Oscar (fue la más nominada, participaba en 11 categorías), 3 Globos de Oro (Scorsese recogió su tercer globo como mejor director) y 2 Bafta (los Oscar ingleses).

En realidad, Scorsese utiliza la tecnología 3D para contar un cuento. Auna de esta forma tradición narrativa con futuro visual. Para algunos críticos, además, intenta reconciliar el cine de los Lumière vinculado a la cotidianeidad, con la fantasía de Méliès.

Bajo este argumento parte la premisa de que en las primeras proyecciones de aquel tren que llegaba a la estación de Ciotat ya se encontraba la sorpresa visual, o el asombro, que siempre ha ido unido al mundo del cine y que, poco después, amplificaría el cineasta George Méliès con su mítico Un viaje a La Luna (1902).

Con respecto a las imágenes de la llegada del tren, los primeros espectadores del genial invento de Auguste y Louis Lumière al ver el tren avanzar hacia ellos realmente pensaron que los iba a arrollar y muchos salieron corriendo del recinto en el que tenía lugar la proyección.

De alguna forma, también la tecnología 3D supuso una sensación similar para los primeros espectadores que vieron más allá de las dos dimensiones, el respingo en la butaca.


LA FASCINACIÓN DE LAS IMÁGENES EN MOVIMIENTO

Como decíamos unas líneas más arriba, La invención de Hugo nace del profundo amor del director Martin Scorsese por la historia de su oficio.

Ha rodado documentales, financiado festivales de cine clásico, apadrinado restauraciones de películas antiguas… Le faltaba su particular homenaje a una de las figuras claves de la historia del cine: George Méliès. El mago del teatro-también fabricante de juguetes- que dotó de imaginación y fantasía al séptimo arte, para acabar retirándose, arruinado, tras el mostrador de una tienda de juguetes en la estación de tren París-Montparnasse, tal y como se cuenta en la película.

Scorsese toma como base el libro de Brian Selznick, que se sitúa en torno a la década de los 30, y se mantiene bastante fiel a este y a las referencias reales e históricas.

Es verdad que las películas de Méliès-casi la totalidad de ellas- no sobrevivieron, también lo es que fue el creador del cine onírico o de los sueños.

Sin embargo, a Méliès el cine le debe mucho más, tal vez esa sea una de las razones por las que Scorsese ha querido homenajear a este maestro pionero semiolvidado.

¿Qué aportó Méliès a la cinematografía?

El uso o utilización de efectos especiales, de múltiples exposiciones, de fundidos o disoluciones, de fotografía en lapso de tiempo… hasta llegar a los fotogramas coloreados a mano o sus aportaciones en materia de profundidad de campo, gracias a su experiencia con los decorados del teatro que tuvo en propiedad.

Sus dos filmes más famosos siguen estando considerados como dos de los más importantes e influyentes de cara al nacimiento del género de ciencia ficción: Viaje a La Luna y El viaje imposible (1904). Estas dos películas están inspiradas por aquellos viajes extraordinarios que imaginó el escritor Julio Verne, otro visionario.  Méliès, además, fue uno de los pioneros del género de terror de la mano de Le Manoir du Diable (1896).


THE END

Pero más allá de la historia del cine, del propio Méliès, La invención de Hugo, como no podía ser de otra forma, también cuenta la fascinación de descubrir el cine cuando se es niñ@.

A Hugo se lo descubre su padre y Hugo hace lo propio con Isabelle.


Seguro que much@s recuerdan la primera película que fueron a ver al cine. Las mil sensaciones o emociones que nos dejaron aquellas imágenes a tamaño gigante, cuya luz recorría el largo y ancho de una pantalla mucho más grande que la de la tele que teníamos en casa.

Ha pasado mucho desde entonces, pero como escribía Carlos Boyero, crítico de cine de El País:

Cuentan que en las épocas duras, cuando casi todo el personal vive en la incertidumbre, el desasosiego, el miedo, la amenaza o la constatación de la pobreza, la pura desolación (por supuesto, están eximidos de estas sensaciones tan ingratas los legitimados miserables que las han creado), el cine se convierte en el refugio más cálido.

Será verdad. Al fin y al cabo, es una máquina hecha de sueños, es una máquina para soñar.






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